Eras la atmosfera incandescente del desierto y la lejanía
Por un instante tu sombra
Por un instante mi lejanía.
Tu silueta, tus ojos negros, mi voz que adentro se detenía
El hombre más común que me encontraba y se iba
La mujer más extraña que te buscaba y ya no volvía
Yo, tu pensamiento mío
Tú, mi pensamiento tuyo
Y sin embargo nada era nuestro
¿A quién le pertenecíamos?
¿De dónde procedía esa fuerza que nos obligaba a esperarnos con ilusión?
Tú, mi pensamiento tuyo