Un chico era
feliz porque había soñado que estaba en Ibiza la pasada noche. Yo era feliz más
o menos porque había soñado que iba agarrado a tu cintura montando en
bicicleta, y que mis problemas no eran míos sino del resto del mundo. Entonces
comprendí que detrás de todas las puertas hay algo de verdad y algo de mentira.
Porque en los sueños aún te puedo abrazar y no te vas. Y no me dejas sola. Pero
incluso en los sueños te miro y me sonríes